Indignación y temor rodean la reciente decisión de la Iglesia Católica de revocar la condena canónica contra Hernán Enríquez Rosas, acusado de abuso sexual en 2002 contra un adolescente de 14 años en el seminario menor de Concepción, región del Biobío. Pese a que el fallo reconoce su culpabilidad, se le permitió reintegrarse al ministerio sacerdotal bajo la condición de no interactuar con menores de edad durante los próximos ocho años.
El caso salió a la luz en 2009, cuando la víctima, tras siete años de silencio, reveló el abuso sufrido a manos del entonces rector del seminario. En 2021, un proceso penal canónico había determinado la expulsión definitiva de Enríquez. Sin embargo, el sacerdote apeló ante el Tribunal Interdiocesano de Buenos Aires, que la semana pasada anuló la sanción original.
La familia del afectado expresó su frustración ante esta resolución que consideran injusta. "En 2009 nos cuenta que lo había violentado sexualmente este sacerdote (...) Nos parece muy injusto lo que está pasando", declaró el padre de la víctima, quien teme por las implicaciones de esta decisión.
La resolución, que incluye una vigilancia de cinco años, es definitiva y no admite apelaciones.